Los dos estudios que han
abordado esta cuestión con exactitud son los de Raz y Egner, presentados en
2005. El primero ha mostrado una baja de la actividad del cortex cingular
anterior normalmente implicado en la detección de conflictos.
El estudio de Egner ha
mostrado un aumento de la actividad del cortex cingular anterior en situación
de conflicto.
Estos resultados a
primera vista incompatibles ilustran al contrario la importancia de las
condiciones de estudio de los fenómenos hipnóticos, ya que en el primer caso
una sugestión fue realizada bajo la norma "el texto que aparecía era de
una lengua desconocida" mientras que la segunda no hacía ninguna sugestión
directa de una norma. Estos dos estudios confirman que no existe una base
cerebral de la hipnosis, sino que las actividades cerebrales son dependientes
de la sugestión hipnótica utilizada.
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