La lectura
es una actividad que consiste en interpretar
y descifrar, mediante la vista, el
valor fónico de una serie de signos escritos, ya sea mentalmente (en silencio) o en voz alta (oral).
Esta actividad esta caracterizada
por la traducción de símbolos o letras en palabras y frases dotadas de significado,
una vez descifrado el símbolo se pasa a reproducirlo. La lectura es hacer
posible la interpretación
y comprensión de los materiales escritos,
evaluarlos y usarlos para nuestras necesidades.
Por regla general, el lector ve los
símbolos en una página, transmitiendo esa imagen desde
el ojo a determinadas áreas del cerebro capaces de procesarla e interpretarla.
En muchos libros, periódicos, revistas y otros materiales de lectura se
incluyen fotografías, dibujos, mapas, gráficas y
cuadros, que aclaran, resumen, amplían o complementan la información textual.
Las imágenes aportan información y ayudan a comprender mejor los textos. La
lectura también se puede realizar por medio del tacto, como
ocurre en el sistema Braille (lectura para ciegos).
La lectura de textos es la principal
fuente de enriquecimiento personal, pues nos permite adquirir
conocimientos útiles, mejorar nuestras destrezas comunicativas, desarrollar
nuestra capacidad de análisis, nos ayuda a pensar con claridad o resolver
problemas, también a recrearnos, entre otros.
Antes de leer conviene saber cual
es el propósito de la lectura, es decir, por qué nos interesa leer.
Cuando sabemos que buscamos en una lectura, estamos mejor preparados para
conseguir los materiales que puedan satisfacer nuestros intereses.
La lectura que se realiza con el
propósito de estudiar y aprender puede ser más eficaz si se desarrollan
estrategias de lectura, tales como la lectura exploratoria, lectura
rápida, lectura profunda, relectura y repaso, y es más conveniente combinarlas
con técnicas de estudio, como el subrayado, la formulación de
preguntas, la consulta del diccionario, el resumen, la
toma de notas, la elaboración de fichas, etc.
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